En los últimos años la información que tenemos a nuestro alcance ha aumentado de manera exponencial. Es tal la cantidad de datos que tenemos a nuestra disposición, que muchas veces es complicado averiguar la veracidad de los mismos. Desde el inicio de las Redes Sociales, recibimos en nuestros dispositivos noticias, titulares y artículos, y gran parte de esta información puede no ser correcta. A pesar de que este hecho ocurre en todos los campos, creemos que es especialmente preocupante en la odontología y la salud bucal, ya que difundir o recibir informaciones erróneas puede afectar a la salud de muchas personas.
En el post de hoy os damos algunos consejos para que sepáis contrastar y verificar la información que encontráis en internet.
- Analizar la fuente de las noticias que recibimos. En ocasiones las noticias provienen de plataformas digitales «no tradicionales» con escasa transparencia. Es importante conocer qué medio publica una noticia, su trayectoria y qué periodistas, empresas o países están detrás de la publicación.
- Dudar de las capturas de pantalla que recibimos a través de redes sociales. Recomendamos prudencia y escepticismo cuando recibimos una noticia en formato de imagen. En la actualidad existen muchos programas que pueden modificar este tipo de imágenes con muchísima facilidad, pudiendo llegar a aparentar ser un medio fiable.
- Mantenerse alerta con contenidos patrocinados de origen desconocido. Se debe desconfiar de toda polémica o contenidos políticos patrocinados por perfiles anónimos o no vinculados con asociaciones, partidos políticos o instituciones reales.Pensamiento crítico y cabeza fría. Determinados agentes políticos utilizan la comunicación digital para enfrentar a la opinión pública y movilizar el legítimo descontento del ciudadano. Participar en debates enriquece la democracia y la pluralidad política pero se recomienda racionalidad, respeto y pensamiento crítico.
- Evitar ser parte del algoritmo. Para generar una opinión bien formada, crítica y contrastada se recomienda acceder a fuentes de información alternativas a las que por defecto contactan automáticamente con uno en función de sus aficiones u opiniones como propician los algoritmos de las plataformas de comunicación tras identificar los gustos de cada persona.